💉 AstraZeneca: haciendo visible lo esencial
Un viaje de ida y vuelta a la complejidad para destilar lo esencial. Que en este caso sería: muy probablemente te conviene ponerte la vacuna de AstraZeneca; pero está bien hacer números.
“Lo esencial es invisible a los ojos” es tal vez la frase más famosa de un libro que hemos copypasteado con abuso en nuestra cultura popular. Cuando el zorro se la revela al Principito, la anticipa con un “solo con el corazón se puede ver bien”. El Principito era incapaz de amar ninguna rosa de las mil que había en el jardín del zorro: solo amaba aquella que había cuidado, aquella que había visto crecer, con la que sentía un vínculo emocional.
No me cae muy bien el zorro, la verdad.
Corazón contraproducente
Tampoco a Zeynep Tufekci, creo.
“Motivated reasoning” = argumentar a favor de lo que, desde antes de empezar la discusión, tú ya querías que fuera verdad. Por deseo, por interés… el motivo es lo de menos. El asunto es que existe. En tu corazón.
El corazón de algunas personas (de muchas, diría) albergaba esta semana una preferencia fuerte por que la vacuna de AstraZeneca siguiera siendo una herramienta incuestionable en la lucha contra la pandemia.
En el de otras residía el deseo contrario: que esta vacuna (y tal vez otras con ella) se destapasen como una innovación que nos traía más mal que bien.
Cuando la Agencia Europea del Medicamento, ambos lados encontraron razones para confirmar sus motivaciones iniciales.
Tufekci dice: “el pensamiento claro es una lucha [interna] contra el razonamiento motivado”. A nadie sorprenderá que si yo estoy más cerca de alguno de los dos grupos anteriores, es del primero. Soy más un vacunobeliever que un vacunoescéptico.
Pero la utilidad está en cuestionar mis motivos y encontrar un punto que sea útil para guiar la política pública en adelante. ¿Cuál es? El que muestran estos gráficos de Alexandra Freeman et al. Como este:
En la columna izquierda tenemos la probabilidad estimada de que tengas que entrar en la UCI en los próximos 4 meses a causa de covid. En la derecha, el efecto secundario grave asociado con AstraZeneca (ambos eventos, entrar en la UCI o tener uno de esos trombos, te deja con una alta probabilidad de morir, por eso son comparables). Como la gravedad de la covid aumenta exponencialmente con la edad, pero la de trombos se reduce ligeramente con lo que sabemos hasta ahora, el gráfico dice:
mira, si tienes más de 30 años, te conviene bastante ponerte la AstraZeneca. Si tienes más de 40, es que ni lo dudes. Pero si tienes menos de 30, piénsatelo… siempre que estés poco expuesto y la incidencia de la pandemia en tu zona de residencia no sea alta.
Porque este no es el único gráfico que publicó Freeman. Este era para gente con poca exposición al virus (porque trabaja desde casa, por ejemplo). Si aumentamos la exposición a media (sale a trabajar o a lo que sea de cuando en cuando, o sencillamente hay más contagio en tu zona)…
Aquí hasta al menor de 30 ya se le duplica la probabilidad de entrar en UCI por covid vs. efecto secundario grave con AstraZeneca. No es una diferencia descomunal, pero la dirección ha cambiado. ¿Y qué pasa si el riesgo de exposición es alto, porque hay más contagio en tu zona o porque te toca (o decides) salir mucho a lo que sea? Pues…
…se multiplicó por 5. Ahí el cálculo está clarito para todo el mundo (el de mayores de 60 ya ni te digo).
Kiko realizó este mismo ejercicio ayer en su newsletter, por cierto. Le salían cosas parecidas. Pero como usó datos de España, el beneficio vs. riesgo era aún más pronunciado porque la circulación del virus es más alta ahora mismo.
Sin embargo, en un país o para una persona de bajo riesgo, como un menor de 30 años sin comorbilidades que trabaja desde casa y vive en un país con pocos contagios, pues de nuevo el cálculo se da la vuelta. En cambio, para mí (35 años, salgo poco o nada, pero en zona de alto contagio), la preferencia por ponerme la primera vacuna que me llegue es clara.
Este tipo de resultados condicionales al contexto y a lo que vamos aprendiendo van contra el corazón, pero (por eso) son útiles: con ellos iremos montando la política pública contra la vacuna. Como el Reino Unido, que ya ha decidido que no vacunará a los menores de 30 con AZ, pero sí a todos los demás, al menos por ahora.
Lo (in)visible
Tres gráficos, un artículo de Kiko, un informe de la EMA analizando 35.000.000 de vacunaciones para 222 eventos adversos, un par de videos después… ¿qué nos queda? ¿Necesitamos todo lo anterior para extraer una guía clara de actuación? Sí… y no.
El zorro dice que “lo esencial es invisible a los ojos” y con ello se refiere a los vínculos emocionales, pero lo que yo creo es que necesitamos hacer invisibles muchas cosas para quedarnos con lo esencial. Todo el ejercicio anterior es complejo, y siempre corremos el riesgo de perder a alguien en el camino de adentrarnos en la complejidad. Eso no es culpa de quien te sigue, sino de quien guía (holi).
En este fabuloso artículo que me acaba de pasar Paco Vázquez-Grande nos cuentan cómo tendemos a resolver problemas añadiendo antes que quitando cosas. Dentro vídeo que te cuenta el paper:
El ejemplo más top es el de la figura en cuadrícula. Te dicen “porfa, cámbiame esta figura para que sea totalmente simétrica; trata de hacerlo con la menor cantidad de clics posibles”.
"Obvio", pensé: "borro esos dos de la derecha y ya".
La trampa es que a algunos participantes además les ponen otra tarea simultánea: contar cincos en una tira de números que sale arriba mientras tratan de solucionar el asunto de la simetría.
Busca cincos BUSCA BUSCA BUSCA PERO HAZME LO OTRO TAMBIEN EH
Ante semejante carga cognitiva, mucha gente toma el camino menos costoso: añadir cuadritos, en lugar de eliminarlos.
Tenemos una tendencia a añadir para resolver.
“To attain knowledge, add things every day. To attain wisdom, subtract things every day.”
Como indica este proverbio chino citado por uno de los autores del estudio, llega un punto en el que necesitamos eliminar para retener lo esencial.
¿Qué es lo esencial respecto a AZ? ¿Todos los numeritos anteriores? ¿Las corazonadas? ¿El contexto de una farmacéutica (y de un equipo en Oxford, como me remarcaba el otro día María Ramírez) particularmente poco transparente? ¿La guerra post-Brexit UE-UK? No.
Lo esencial: si ya no eres joven, si vives en una zona de alto contagio del virus, o si te expones al contagio por cualquier razón, te sale a cuenta ponerte la vacuna de AstraZeneca a pesar de lo que hemos aprendido sobre efectos secundarios.
Seguiremos aprendiendo, porque la vigilancia farmacológica afortunadamente nunca duerme. Y seguiremos teniendo que hacer este viaje de ida y vuelta entre complejidad y esencia.
* * *
Un consejo equilibrado de Taylor Swift para todos los que hacemos cada día, a cada hora, este viaje.
Never be so kind you forget to be clever,
never be so clever you forget to be kind.
Porque ignoramos las motivaciones, las emociones, para poder regresar a ellas de manera un poco más funcional.
Si alguien está motivado por el miedo para rechazar la vacuna de AstraZeneca, la respuesta no es llamarlo idiota, ni minimizar ese miedo (los sentimientos no se invalidan, nos cuenta cada día Iria Reguera en su Instagram últimamente). Nos apartamos de él para confrontarlo y trabajarlo después. De eso va este viaje.
Así que discrepo con el zorro en sus medios, pero no en sus fines. Los dos queremos cuidar el corazón, que llegue a donde quiere llegar; pero yo, como la trama de Inside Out, pensamos que también tenemos que cuidarlo un poco de sí mismo.